Durante las últimas semanas han corrido ríos de tinta acerca de la subida del impuesto sobre el azúcar.
La propuesta del Gobierno de aumentar el IVA del 10 al 21 % en bebidas azucaradas y edulcoradas ha causado un gran revuelo en toda la sociedad y ha levantado tanto a personas que lo aplauden sin contemplaciones como otros que piensan que es un gran error.
En este post te quiero contar mi punto de vista al respecto y reflexionar acerca de si un cambio como este tendrá en realidad un efecto en la sociedad o no.
PD: Hoy no están permitidos los refrescos mientras lees este post ?
Impuesto sobre el Azúcar: ¿Medida real o solo de cara a la galería?
Si has comentado este tema con algún conocido, seguro que te has dado cuenta que desata pasiones.
La realidad es que nunca nos habíamos preocupado demasiado por si el IVA que pagaban las bebidas azucaradas eran mucho o poco, pero ya sabemos que cuando nos toca el bolsillo nos volvemos mucho más protectores.
Como sabes, a mí no me gusta decantarme por un lado u otro con base en sensaciones, sino que me gusta reflexionar y después opinar con datos en la mano.
Después de unos cuantos días desde que se destapó la noticia, hoy quiero contarte por qué creo que esta medida no conseguirá ningún resultado real.
Un dato revelador y escalofriante a partes iguales
Ayer hablaba con una persona sobre este post que tú estás leyendo ahora y le daba un dato que nos helaba la piel.
¿Sabías que en Estados Unidos el nivel de obesidad supera ya el 40 %? Si el país tiene casi 400 millones de habitantes, eso significa que hay más de 160 millones con obesidad.
Pero claro, cuando hablas de estos datos parecen muy lejanos y que es algo que en España no pasa.
¿O sí?
Para que te hagas una idea, el último informe del Ministerio de Sanidad afirmaba que más del 14 % de los españoles sufre obesidad y que casi el 40 % restante problemas de sobrepeso.
Es decir, que más de la mitad de las personas españolas padecen las consecuencias de una mala alimentación.
Si lo miras así, tiene sentido que el Gobierno trate de gravar de forma más agresiva estos alimentos por el bien de la salud pública.
Parece que tiene sentido, ¿verdad? Sin embargo, ¿cómo te quedas si te digo que desde hace décadas está disminuyendo de forma progresiva la cantidad de azúcar que consumimos y que aun así continúa aumentando la obesidad?
El problema no son los azúcares, sino los alimentos altos en grasas hidrogenadas y alimentos ultra-mega-procesados que consumimos de manera habitual.
Entonces, ¿no hay que reducir el azúcar?
Por supuesto que sí. Como te puedes imaginar, estoy a favor de reducir al mínimo el consumo de azúcares añadidos.
Sin embargo, lo que me parece mal es que se señale como el culpable de todos los males cuando la realidad es que no son la causa de esta situación.
De hecho, quiero darte otras dos razones por las que estoy convencido de que esta medida no tendrá ningún efecto.
El primero es porque la subida real del precio de una lata de Coca Cola —por decir una marca— rondará los 10 céntimos. Parece absurdo pensar que alguien dejará de tomarla por ello.
¿El segundo? Este sí que es desolador. El alcohol y el tabaco son dos de los productos con los impuestos más elevados de nuestro país.
¿Quieres saber cuál es la edad media de su consumo?
Los jóvenes empiezan a beber a los 13 años y a fumar cuando llegan a los 16.
Si los impuestos no les han frenado a hacerlo, ¿por qué lo haría con el azúcar?
Mantén unos hábitos saludables
Reducir los azúcares añadidos al mínimo es una buena idea, pero no es la solución de todos los males.
De hecho, parece que ni siquiera va en la buena dirección.
Por eso es tan importante entender que es solo un nutriente más y que hay que encajarlo dentro de un buen estilo de vida (los azúcares naturales).
Como sé que alguna persona leerá este post y pensará que no estoy aportando nada más que una queja, me gustaría dejar aquí una idea.
¿Y si en lugar de castigar los malos hábitos se premiaran los buenos? De esa manera, cualquier persona tendría una motivación racional para escoger esos hábitos por encima de los demás.
Si has llegado leyendo hasta aquí, estoy convencido de que sabes lo que nos estamos jugando con una alimentación saludable. Y no, no la podemos dejar a los caprichos de la clase política.
Por ello te quiero decir que en la tienda puedes encontrar una calculadora de macronutrientes que te ayudará a comer de una manera mucho más racional y a entender mejor cómo funciona tu organismo.
¿Le darás una oportunidad?
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