El abrazo del sofá que te impide perder grasa (y como superarlo).
Comer verdura y merluza todos los días para alcanzar el físico de tus sueños y perder grasa nunca me ha parecido un plan de vida sexy.
Como tampoco me lo parece, el uso ilegal de esteroides anabolizantes (drogas) para ese mismo fin.
Sin embargo, se trata de una estrategia muy sólida y muy bien vista por la comunidad fitness desde hace mucho tiempo.
Por eso, mucha gente que quiere perder grasa hipoteca su presente con la esperanza de conseguir un físico impresionante lo más rápido posible.
Vamos a obviar lo de los anabolizantes y volvamos a la verdura y merluza todos los días.
Este tipo de enfoque no crea adherencia (capacidad de mantener en el tiempo esos hábitos) al plan a largo plazo.
Y es justo ese largo plazo lo único que trae resultados.
Me explico.
A este tipo de personas a las 6.30 de la mañana les suena el despertador y comienzan su rutina habitual.
Se preparan 6 tuppers prácticamente iguales de verdura y pescado o verdura y pollo, para pasarse las siguientes 12 horas de su día comiendo cada 2.
Se sienten orgullosos de hacerlo, pero solo pueden disfrutar de su vida, de su tiempo en ese contexto.
No se quejan.
En comparación con la media, se ven a sí mismos como unos afortunados que todos los días hacen lo que tienen que hacer para lograrlo.
Podría seguir, pero creo que ya se entiende a dónde quiero llegar.
Esta forma de hacerlo es insostenible para el 99% de las personas de a pie.
No crea adherencia (otra vez esta palabreja).
¿Algo en contra de quien lo hace así?
No, nada en contra.
Este perfil de personas merece todos mis respetos.
(No los que toman sustancias prohibidas y nocivas para la salud, ante estos todo en contra).
Han sabido salir de los hábitos anti saludables en los que se encuentra inmersa el 95% de la sociedad y pelean por construirse una mejor salud.
El problema, en mi opinión, es que el peaje que están pagando es demasiado caro.
Ojo, no es mal plan. De hecho, es un plan que seguramente sólo se plantean el 5% de las personas más astutas de tu entorno.
El problema es que es un plan demasiado frágil, vulnerable, inconsistente, débil.
Si lo piensas fríamente, en este plan hay muchas variables que no dependen de ti.
Por ejemplo:
<Si no te da tiempo a preparar tus comidas, se jode el plan.
>Es el cumpleaños de tu prima, se jode el plan.
<Si hay un imprevisto que te impide comer cada 2 horas, se jode el plan.
>Te vas de boda, posiblemente se joda el plan.
El plan puede fracasar porque depende de un factor que no pueden controlar.
Ser tan radical a largo plazo no es una estrategia incorrecta si están dentro de un plan.
El problema es que no haya nada más y estas estrategias sean la totalidad del plan.
Llegados a este punto, la pregunta pertinente sería: ¿qué coño le falta al plan, Sergio?
🎲 Las matemáticas no engañan
El plan que te acabo de describir se puede mejorar con relativa facilidad si incluimos en la ecuación una variable que la mayoría de la gente ignora: Flexibilidad.
Lee detenidamente esto, por favor:
Si gastas 2500 calorías al día e ingieres a través de la comida 2000 al día (todos los días), al cabo de unas semanas/meses habrás perdido grasa.
Tiene poco misterio: si gastas más y consigues que tu ingesta no aumente de forma proporcional, el resultado es que pierdes grasa.
Estás en déficit calórico que es justo lo que necesitas para perder grasa.
Cómo logres ese déficit da igual (en teoría).
Y, ahora sí, hablemos de las diferentes formas que puedes hacerlo.
En el caso 1, 6 comidas de brocoli y merluza o pollo.
En el caso 2, primera comida de copos de avena con leche, plátano y chocolate,
segunda comida de salmón al horno con ensalada al gusto y patata asada y,
tercera comida de pollo al curry con una guarnición de arroz y una naranja.
Y ahora dime qué plan prefieres,
¿6 tuppers insípidos o aprender a generar nuevas ideas y elecciones saludables de tus comidas?
Yo lo tengo claro: quiero disfrutar.
Y evitar el abrazo del sofá, claro.
🛋️ El abrazo del sofá que te impide perder grasa (y cómo superarlo)
Hace poco leí en Loserthink, el último libro de Scott Adams, una expresión que me hizo mucha gracia: el abrazo del sofá.
Ponte en situación.
Estás tumbado en el sofá viendo una película y te entra muchísima sed, pero estás tan a gusto ahí tirado que no te apetece levantarte e ir a la cocina a por agua.
Piensas:
Tengo que salir de debajo de la manta, parar la peli, levantarme, caminar por el frío pasillo hasta llegar a la cocina, encender la luz, coger un vaso, echar el agua, beber, dejar el vaso en el fregadero, apagar la luz de la cocina, volver al salón por el frío pasillo, tumbarme en el sofá, taparme con la manta y volver a darle al play.
Buff… Qué pereza… Inconscientemente, decides que no tienes tanta sed y que puedes aguantar un poco más.
Tu cerebro sabe perfectamente que beber agua y calmar tu sed es una buena idea, pero no es capaz de enviarle la orden a tu cuerpo para que se levante. Falta motivación, ganas, energía.
Estás siendo una víctima del abrazo del sofá.
Ahora llevemos este concepto a nuestro terreno:
¿Cuál es el abrazo de sofá que te impide dar un paso hacia adelante en tu vida para perder grasa y cambiar tus hábitos?
Y lo más importante,
¿qué debes hacer para solucionarlo?
Scott Adams señalaba que el secreto para burlar el abrazo del sofá es dejar de imaginar todo lo que necesitas hacer e imaginar el movimiento más sencillo que podrías hacer sin esforzarte.
En otras palabras, imagina cuál es el paso mínimo que puedes dar y dalo.
A continuación, da el siguiente paso. Y luego otro, y otro, y otro…
No pienses en el proyecto en términos generales, sino en forma de micropasos que invitan a dar otros micropasos.
¿Cómo se hace eso que quiero? ¿Por dónde debería empezar? ¿Cuál es el primer paso? ¿Qué estrategia sigo? ¿De dónde saco el tiempo?
Cuando yo empecé con el proyecto de egifit, no tenía ni idea de negocios online, ni de diseño web, ni de plugins, ni nada de eso.
Solo tenía conocimientos de lo mio, asesoramiento sobre nutrición y entrenamiento pero cero patatero de todo lo demás.
Lo que hice fue dar el paso más sencillo que se me ocurrió: creé una cuenta de instagram (una mierda de primer paso pero bueno).
Cuando vi que a la gente le interesaba lo que un chalao como yo tenía que contar, di el siguiente paso: creé mi blog, empecé a crear productos digitales, una newsletter gratuita y todo lo demás.
Durante mucho tiempo, mi sistema de trabajo consistió en algo tan sencillo como crear una plataforma donde empaquetar todo mi conocimiento y poder dar un mejor servicio a mis clientes de asesorías, crear píldoras de contenido para ellos y otras para instagram y mi blog.
Día tras día, todos y cada uno de ellos lo hacía.
Para crear una rutina y evitar la excusa de “no tengo tiempo”, me obligué a hacerlo por la mañana (me despierto a las 6 desde entonces).
Además, cada día me reservaba bloques de 45 o 60 minutos para anotar ideas y mejorar el servicio, seguir estudiando tanto de nutri y entrenamiento pero invirtiendo la mayor parte de ese tiempo en aprender de más ámbitos.
Y así, micropaso a micropaso, llegamos al día de hoy, un proyecto consolidado del que estás leyendo unas buenas reflexiones.
Por supuesto, seguiré dando micropasos. Todos forman parte de la hoja de ruta de este proyecto.
Pero vamos a centrarnos que este no es el tema principal de este artículo.
Lo que quiero que entiendas es que si tienes claro a donde quieres llegar, tú también puedes diseñar un sistema que te permita avanzar mediante pequeños micropasos.
Primero uno.
Luego otro.
Otro más.
Y otro…
Estos micropasos te ayudarán a salir de la inacción y a huir de la holgazanería en la que está encerrada tu mente.
Solo así recuperarás el control, te levantarás del sofá y podrás perder más grasa y ponerte más fuerte de manera más eficiente y más sostenible.
De lo contrario a los 3 meses habrás abandonado si no eres como ese 1% de los radicales de los que te hablo más arriba.
Hazlo más fácil.
Crea un sistema.
Y ejecuta. Vence al abrazo del sofá que te impide perder grasa.
Porque recuerda lo que te dije al principio: Comer verdura y merluza todos los días para alcanzar el físico de tus sueños y perder grasa no es un plan de vida sexy.
Hay mejores opciones.
Opciones más efectivas. Más divertidas y más sensuales.
Como esta.
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